lunes, 3 de junio de 2013

Una mirada sobre por qué los hombres van "de putas"

El médico y psicoanalista Juan Carlos Volnovich analiza una ceremonia tradicional que equipara a la esclavitud

Por Laura Vilche / La Capital

El médico y psicoanalista Juan Carlos Volnovich confiesa que desde que publicó en 2006 su libro "Ir de putas. Reflexiones acerca de los clientes de la prostitución" (Editorial Topia), no dejó de recibir "puteadas". Recuerda que lo tildaron de "moralista, homosexual, monógamo" y hasta de "comunista y cubano"; le dijeron que no sabía nada sobre los placeres y las ventajas de consumir sexo pago y que con su libro sólo lograba arruinar el negocio. El problema fundamental, para él, es haber puesto el dedo sobre una costumbre "sagrada" dentro de la comunidad masculina, tan repudiable como la esclavitud. "La cuestión que está en el fondo es la intolerancia de los varones en aceptar el deseo sexual de las mujeres y tratan de neutralizarlo con una ceremonia denigratoria", sostiene.

Volnovich dice que comúnmente se habla de prostitución de mujeres y de varones, de proxenetas, de prostíbulos, de mafia pero poco se debate sobre el cliente también llamado usuario, prostituyente o consumidor. "Se trata de varones que no son necesariamente pedófilos ni adictos al sexo, sino personas comunes: maridos, padres, profesionales, jubilados y también jóvenes que hoy en día van mucho en grupo al puticlub o a la quinta privada no tanto para que los reconozcan las mujeres sino para ser convalidados y prestigiados por la mirada de los otros varones". Según él, no habría que reprimir a las prostitutas como se hace, sino a los proxenetas y a los clientes, tal como proponen dos proyectos de ley que aguardan en el Congreso. Por si quedan dudas, esta nota no pretende cosechar más insultos sobre Volnovich, sino apenas abrir más el debate,

—¿Se invisibiliza al cliente en la cadena prostibularia?

—Sí, porque se habilitó y naturalizó esta práctica de varones que refuerza los valores del patriarcado. Tal es así que cuando se ilustra una nota de estas se publica una foto donde se ve a la mujer con claro look de prostituta pero se resguarda al cliente, por ejemplo, detrás del vidrio polarizado de su auto.
—¿Por qué a algunos varones les gusta «ir de putas»?

—Pagan por sexo y en esto hay que distinguir algo. Adhiero a una postura abolicionista de la prostitución, creo que hay que abolirla como a la esclavitud, lo que no implica una política moralista ni represora de la sexualidad: no se trata de no tener relaciones sexuales que se quieran, eso es cuestión de cada uno. El tema es cuando hay un pago, un pacto comercial, un intercambio por dinero que incluye la esclavitud y denigración del cuerpo de la mujer que funciona como mercancía.
—¿Se puede hablar de «pacto» si no hay relación igualitaria?
—Claro que no. Es una relación muy asimétrica, de poderes: alguien que tiene dinero paga y alguien que no lo tiene se somete. Otro término fundamental es el del "consentimiento". En el caso de menores de edad el consentimiento no existe, aun cuando quiera apelarse como excusa a la idea de que la víctima ha disfrutado de ese acto. El caso de la mujer adulta es más complejo. Hay que interrogar desde qué lugar la mujer consiente, ¿es pobre?, ¿no puede trabajar de otra cosa que no sea comercializar su cuerpo? Otro consentimiento con alta aceptación, aún de la mujer, se daba en la Edad Media con el Derecho de Pernada, que permitía al amo iniciar sexualmente a las esclavas. Ese consentimiento no invalidaba el reforzamiento de un acto de esclavitud.

—Usted habla en su libro de varios recursos a los que apelan los consumidores de prostitución para parecer inocentes.
—Sí, usan estrategias argumentales aun sabiendo que con su consumo refuerzan las mafias y la violencia sobre el cuerpo de las mujeres. Dicen, entre otras cosas, que la única manera que tienen para acceder a algunas mujeres es pagando, cosa que no es verdad. Las mujeres hoy son más libres sexualmente y además, un caso paradigmático es el del (actor norteamericano) Huhg Grant: en pareja con una modelo hermosa pero fue detenido por tener sexo con una prostituta. Tengo pacientes que son deportistas, jóvenes y atractivos, pueden tener todas las mujeres que quieran pero eligen pagar, y mucho, porque así, denigrando a la mujer y dominándola, refuerzan los estereotipos tradicionalmente violentos del patriarcado.

—Otra justificación vigente desde hace varias décadas es la que sostiene que el varón va al prostíbulo porque necesita descargar una necesidad biológica.
—También es falso y coloca en una asimetría al capital erótico de varones y mujeres. Los varones estaríamos atravesados por una sexualidad desbordante que no puede quedar reducida a relación monogámica. Todos los trabajos sexuales sociológicos dan cuenta de que la capacidad orgásmica de las mujeres es mayor que la de los varones.
—Usted como abolicionista propone sancionar a los clientes y proxenetas como en Suecia, pero hay cifras que demuestran que tras es  a norma aumentó el turismo sexual en Holanda.

—Es que volvemos al principio, cuando se trata de prácticas instaladas por su uso y costumbre es muy difícil erradicarlas. Hecha la ley hecha la trampa. No obstante, en Argentina, tras el caso de trata de Marita Verón se está trabajando bien al momento de impedir que se abran nuevos prostíbulos y empezar a cerrar los que ya están funcionando

—Además, usted sostiene que se puede equiparar el tráfico de drogas, de personas y de armas

—Sí, en el sentido en que recorren el mismo circuito de los sectores de poder. Pero hay que hacer una salvedad.Mientras a la droga hay que sembrarla, cultivarla y comercializarla, y a las armas hay que fabricarlas, con las mujeres el proceso es lamentablemente más barato y redituable.

Proyectos. Hay dos proyectos nacionales que apuntan a perseguir con prisión a quienes paguen por el uso sexual de una persona, igual como ocurre con los proxenetas. El senador Aníbal Fernández pide penalizar el consumo de prostitución sólo en caso de trata. Y la diputada Marcela Rodríguez solicita penas de 6 meses a 3 años de prisión a quien paga por sexo.

Link: http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2013/6/edicion_1665/contenidos/noticia_5542.html

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